ESTA HORMONA ES LA QUE EVITA QUE PIERDAS PESO
Rebajar peso es un gran desafío para muchas personas. Existen momentos en lo que ni siquiera la dieta más estricta y seguir un plan de ejercicios al pie de la letra, logra los resultados deseados. Expertos en el tema han identificado a una hormona llamada leptina como la responsable de que no puedas perder peso.
Las células excretan esta hormona con el objetivo de nivelar los niveles de energía y el peso corporal. Básicamente se encarga de decirle al cerebro cuantos alimentos requiere el organismo, además de estimular el proceso de quema de grasas en los tejidos. El problema ocurre cuando el cuerpo se hace resistente a la leptina.
Esto significa que la leptina no encuentra el camino hacia la parte del cerebro que controla el apetito. Esto es lo que ocurre normalmente con las personas que sufren de obesidad o sobrepeso. Si los niveles de leptina se mantienen altos durante un largo período, el organismo se vuelve resistente a la hormona.
Para reconocer que estas sufriendo este problema, debes identificar los siguientes síntomas: aumento de peso; antojos descontrolados; comer por estrés; comer tarde en la noche; incremento de la presión arterial; dificultad para quedarse dormido; imposibilidad de perder peso; aumento de los triglicéridos; antojos de dulces; ansiedad frecuente; falta de motivación; necesidad de meriendas poco después de las comidas; y fatiga (sobretodo después de comer)
Lo primero que debes hacer para contrarrestar la resistencia a la insulina y a la leptina es evitar las grasas dietéticas, los azúcares, los carbohidratos y el jarabe de maíz. Luego debes consumir más alimentos integrales y orgánicos, proteínas, fibras, grasas saludables (aguacate, coco, frutos secos, omega 3).
Igualmente es recomendable disminuir el consumo de alimentos procesados e incluir algunas rutinas de ejercicios para ayudar a acelerar el metabolismo. Y por último, pero no menos importante, debes garantizar un descanso de calidad (al menos unas 6 o 7 horas de sueño durante la noche).
Las células excretan esta hormona con el objetivo de nivelar los niveles de energía y el peso corporal. Básicamente se encarga de decirle al cerebro cuantos alimentos requiere el organismo, además de estimular el proceso de quema de grasas en los tejidos. El problema ocurre cuando el cuerpo se hace resistente a la leptina.
Esto significa que la leptina no encuentra el camino hacia la parte del cerebro que controla el apetito. Esto es lo que ocurre normalmente con las personas que sufren de obesidad o sobrepeso. Si los niveles de leptina se mantienen altos durante un largo período, el organismo se vuelve resistente a la hormona.
Para reconocer que estas sufriendo este problema, debes identificar los siguientes síntomas: aumento de peso; antojos descontrolados; comer por estrés; comer tarde en la noche; incremento de la presión arterial; dificultad para quedarse dormido; imposibilidad de perder peso; aumento de los triglicéridos; antojos de dulces; ansiedad frecuente; falta de motivación; necesidad de meriendas poco después de las comidas; y fatiga (sobretodo después de comer)
Lo primero que debes hacer para contrarrestar la resistencia a la insulina y a la leptina es evitar las grasas dietéticas, los azúcares, los carbohidratos y el jarabe de maíz. Luego debes consumir más alimentos integrales y orgánicos, proteínas, fibras, grasas saludables (aguacate, coco, frutos secos, omega 3).
Igualmente es recomendable disminuir el consumo de alimentos procesados e incluir algunas rutinas de ejercicios para ayudar a acelerar el metabolismo. Y por último, pero no menos importante, debes garantizar un descanso de calidad (al menos unas 6 o 7 horas de sueño durante la noche).
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